viernes, 26 de octubre de 2012
Un instante
En el Universo hay instantes tan inmensos y oscuros como él mismo, aquellos en los que no se hallan pautas ni formas, pueden incluso ser imprecisos. Sin embargo, son también espectaculares, con tanta energía que recorren velozmente distintos mundos.
Pero son instantes, solo eso. Tal vez aparecen cuando no es el momento y resultan más que inesperados, situación que pone a prueba hasta a la más insignificante existencia.
En ese Universo el vacío fue el culpable. El gran culpable de aquél big bang. Maldito vacío. Maldito big bang. Pero el más maldito pudo haber sido el espectro de un punto en el infinito. Tan apartado, tan peligroso y solo parcialmente recorrido nunca.
Ya no interesa conocer ese punto, pues está a años luz de distancia y no afectará jamás ningún otro lugar. Aunque su colapso causara su propia decadencia, hay que reconocer que ese punto fue importante en el espacio y el tiempo.
Finalmente el espacio y el tiempo es lo que importa. Tras ese instante el Universo continúa expandiéndose y ahora es más estable, más frío y más profundo.
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